¡Para que luego digan que la mujer a los 40 no está cañón!. Pues lo está, y mucho. Lo que pasa es que a nosotras la biología nos ha tratado muy mal y, a partir de los 35 las posibilidades de embarazarse se reducen bastante. No como a ellos...¡quién no recuerda a Papuchi engendrando dos criaturas a los 90!. Me pregunto qué pensarían esos dos chiquillos cuando el padre se asomara a la cuna y les dijera algo así como...'ajito, mi niño'. Supongo que no entenderían nada, ¡pobrecitos míos!.
¡O cuántos son los señores que se van con otra más joven justo en la crisis de los 50 y se dedican a formar una nueva familia!. A nosotras no nos está permitido esa licencia, ¡qué injusto!.
¿O no?, ¿o realmente la naturaleza es sabia y da los hijos a unas edades razonables?. ¿Imaginas a Papuchi o a Fernández Tapias saliendo de casa a las 3 de la mañana a urgencias con el bebé? Yo, sinceramente, no, porque entre salir de la cama de la cama y ponerse la dentadura, al niño le ha subido la fiebre a 40º. ¡Qué horror!.
La pena es que eso no se ve como algo negativo. En el caso contrario, cuando la Montiel se casó con el cubanito 'mi amol', la pusimos como un trapo, incluyámosnos todas.
Bueno, que me voy por las ramas y hoy realmente vengo a hablarte de Belén. De Gustavo, el padre de la criatura, hablaremos en otro momento;).
Este niño llega el viernes a una casa donde lo esperan con muchísima ilusión. Y tú dirás que a todos los bebés se les espera con la máxima ilusión. Pues sí, pero a este, más por muy diferentes motivos que no vienen al caso.
Belén y Gustavo tienen una casa preciosa que está siempre llena de gente, porque ella es así, abierta, extrovertida, amiga de sus amigos y muy, muy divertida.
El día que me llamó, hace 3 meses, andaba yo algo tocada y me hizo una ilusión enorme porque, a pesar de que amo lo que hago, si tengo la suerte de trabajar con alguien divertido, pues mil veces mejor.
Nos habíamos conocido en un showroom hacía un tiempo y no nos habíamos vuelto a ver aunque nos seguíamos por redes ya que ella gestiona el blog Cocina en blanco, que tiene ahora algo aparcado por motivos obvios. (Es una gran cocinera).
Así que en aquél momento, no pudo imaginarse la ilusión y las ganas que me entraron de empezar a estudiar su sesión.
Se dividió entre su casa y la playa, que traeré en una segunda parte. La ocasión lo merece.
Muchas gracias, preciosa, por pensar en mí, ha sido un placer inmenso pero, sobre todo, he aprendido a tu lado, que no hay que tomarse la vida demasiado en serio.
¡Mucha suerte en ese parto con el mejor ginecólogo del mundo mundial! :)))
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