Mi primera salida de fin de año del siglo pasado fue a este lugar: los Baños del Carmen. Creía yo ir monísima con aquélla blusa dorada con pajarita y falda de terciopelo negra....sí, sí, tal como lo lees, todos tenemos un pasado...:(
El único que me sacó a bailar lento fue el novio de una amiga al que pisé en varias ocasiones durante el tiempo que duró la canción.
Se trata de un lugar con encanto al borde del mar, restos de un antiguo balneario, en estado decadente que se construyó a principios del siglo XX para el disfrute de la clase alta de la época.
Curiosamente, fue pionero en aquél momento porque se permitió por primera vez el baño conjunto de hombres y mujeres. Parece que pasó en la prehistoria pero realmente no hace tanto de eso.
Ahora mismo, se encuentra pendiente de un plan de rehabilitación pero, ya se sabe...las cosas de palacio van despacio.
A pesar de no encontrarse en muy buenas condiciones, actualmente se utiliza como restaurante y bar de copas, y tiene mucho éxito porque su terraza, orientada al mar y a la bahía, hace que tomar algo allí a la caída del sol sea un momento mágico. Y en verano ni te cuento el fresquito que hace en las noches de terral.
La semana pasada te prometía la segunda parte de la sesión con Belén y aquí estoy, puntual a la cita (como Mateo ¡que llegó el viernes en perfecto estado!).
Elegimos este lugar para hacer las fotos igual que Pablo Alborán lo hizo para grabar su videoclip Pasos de cero. Puedes entender el por qué, ¿no?. ( Si quieres verlo, pincha aquí).
Nosotros no tuvimos la suerte de Pablo que pudo disfrutarlo para él solito sino que fuimos sorteando la cantidad de gente que había contemplando la puesta de sol.
No quiero ponerme pesada pero no me dirás que no merece la pena hacer una sesión de embarazo en un sitio como este. Esos tonos...¡ay!.
Espero que te guste.
¡Hasta la semana que viene! :)
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