"No progresas mejorando lo que ya está hecho, sino esforzándote por lograr lo que queda por hacer."
Khalil Gibrán
Esta mañana, cuando he tirado a la basura el calendario de 2014, me preguntaba si era realmente consciente de todas las aventuras y desventuras que he vivido durante todo un año. Miraba, mes a mes, citas que tenía anotadas, citas de trabajo, médicas, con amigos...
Hablamos del paso del tiempo, de otro año más que comienza, pero...¿realmente somos conscientes de lo afortunados que somos por estar vivos?
Cada mañana al levantarme agradezco al universo poder dar paso a un día nuevo, así como al acostarme doy gracias por todo lo vivido, hayan sido buenas o malas experiencias. Todas, absolutamente todas son necesarias para nuestro equilibrio personal, y, mirar hacia otro lado o renegar de ellas, sólo nos hace ser más infelices.
Yo, a mis 44, no aspiro a ningún megaplan ni objetivo difícilmente alcanzable ni me planteo metas enormes y/o difíciles: he aprendido que lo verdaderamente importante es tener pequeñas ilusiones e ir realizándolas poco a poco, ir saboreando el camino, así que quiero compartir contigo mi primer proyecto de 2015 cuyo fin es el autoconocimiento.
Tras realizar un taller de autorretrato con Julia Dávila-Lampe hace apenas un mes, decidí que iba a intentar conocerme un poquito más a través de la fotografía: cada semana, una foto durante todo este año.
Ayer, día 31, decidí que iba a ser el primer día: cogí cámara, trípode y remoto y me fui a la playa. Fue un momento mágico porque estábamos el mar y yo solos con la única compañía de unas cuantas gaviotas. El fuerte viento no me permitió hacer la fotografía que tenía pensada pero creo que el resultado fue fantástico.
Un perfil contra el viento y la cabeza erguida, que es la actitud con la que comienzo 2015:
Espero que hayáis entrado en 2015 con muchos proyectos por delante y que la consecución de los mismos os haga muy felices.
Un beso
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