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Yo tenía una granja en África...(I)

1 de junio de 2015

Con esta frase comienza una de mis películas favoritas, ¿te gustó Memorias de África? Yo ya he perdido la cuenta de las veces que la he visto y, aunque no soy Meryl Streep ni Juan es Robert Redford, hemos vivido nuestra particular aventura en Marrakech durante unos días.
Iba persiguiendo la luz y los colores que tan presentes están en la película, esa luz que sólo pertenece a África.
Desde que bajas del avión, ya sabes que va a ser un viaje duro. El calor, a veces insoportable, más de 40 grados en mayo, hace muy difícil la visita, estando incluso acostumbrados al insoportable terral de mi Málaga querida.

Nos hemos alojado en un riad porque queríamos vivir el ambiente de la ciudad en esencia. El riad es el nombre que se le da a la típica casa marroquí con un patio interior o jardín.
En el nuestro, Riad Al- Badia, había un precioso patio interior con un pequeño estanque. Si estás preparando un viaje a Marrakech, te lo recomiendo. Está situado cerca de la plaza Jemaa el Fna y la medina, pero, principalmente, limpio, acogedor y perfectamente atendido por Mohamed y Laurent. Ellos han contribuido en buena medida a que nuestro viaje haya sido fácil y agradable. Se desviven por ayudar al huésped y colaboran al máximo en todo. Además, el pequeño número de habitaciones que hay en el riad, hacen que parezca que estás de retiro, todo es silencio y tranquilidad.

La primera tarde visitamos la bulliciosa y caótica plaza Jemaa el Fna, el núcleo del centro de la ciudad donde se desarrolla gran parte del atractivo del viaje. Está repleta de vendedores, mujeres tatuadoras, encantadores de serpientes y puestos de comida, entre otras mil cosas. Nos habían dicho que desde la azotea del Cafè de France, podíamos contemplar la belleza de la puesta de sol, así que allá fuimos.
Paseando por la medina, me ha sorprendido mucho el altísimo grado de miseria y de pobreza extrema. Conocía el norte de Marruecos y no recuerdo tanta gente pasándolo mal como en esta zona del sur.

El tráfico es otra de las cosas con las que hay que tener especial cuidado, no hay normas ni reglas de circulación así que cada uno va cómo y por dónde puede. He alucinado viendo familias enteras viajando en ciclomotores.
¡Ah! Y otra cosa, están hartos de que los turistas les hagan fotos. Te pedirán dinero en el momento que se percaten de que les estás fotografiando y, si no lo haces, te exigirán que las borres, así que mucho cuidado. Algún profe me dijo en su día que entablara conversación con los lugareños y luego les pidiera hacerles la foto, pero ni aún así me ha sido posible.
Del viaje, traigo mil fotos pero espero haber resumido bien la primera parte del viaje con estas imágenes, y, sobre todo, que te gusten:
Viaje fotográfico Marrakech
Atardecer sobre la plaza Jemaa el Fna desde el Café de France

Viaje fotográfico Marrakech
Atardecer sobre la plaza Jemaa el Fna desde el Café de France
Viaje fotográfico Marrakech
Atardecer sobre la plaza Jemaa el Fna desde el Café de France
Viaje fotográfico Marrakech
Azotea de Riad Al Badia
Viaje fotográfico Marrakech
Viaje fotográfico Marrakech
Viaje fotográfico Marrakech
Viaje fotográfico Marrakech
Viaje fotográfico Marrakech
Viaje fotográfico Marrakech
Viaje fotográfico Marrakech
Viaje fotográfico Marrakech
Viaje fotográfico Marrakech
Viaje fotográfico Marrakech
Viaje fotográfico Marrakech
Patio interior de Riad Al Badia
Viaje fotográfico Marrakech
Viaje fotográfico Marrakech
Te espero mañana en el Jardín Majorelle. No te lo pierdas porque es maravilloso.
Besos.

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