He tenido la gran suerte de empezar 2015 paseando por una isla. Mi deseo, ese que yo había escrito en la carta a los Reyes Magos, era hacerlo en alguna perdida y desierta, pero, bueno, me he conformado con hacerlo en una de las Islas Afortunadas que, aunque rodeada de gente, es preciosa y fantástica como casi todas las islas.
Las dunas de Maspalomas, al sur de Las Palmas de Gran Canaria, es una reserva natural que se caracteriza por la belleza de su paisaje, una lugar virgen con una luz increíble, y una flora y fauna única en esta zona de la isla, donde puedes pasear, impregnarte de la luz que rebervera en sus montañas de arena fina, hacer windsurf o simplemente contemplar el impresionante espectáculo.
Las sinuosas formas que diseñan las dunas le da un aire mágico al paisaje, y el oasis que encuentras al adentrarte en ellas lleno de aves le confieren un ambiente digno del mejor desierto del mundo.
Te sientes insignificante ante un espectáculo como éste y vienes cargado de reflexiones inspiradoras, de paz y, por supuesto, de bellas imágenes como éstas:
¿Conocéis esta maravilla de la naturaleza?
Mil besos y gracias por estar ahí un día más
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